Con tu nombre, mariposa de fuego,
Puedo esculpir la catedral
Donde oficio
Las hostias erógenas.
Sumergir mi cuerpo denudo
En la pila del deseo
Tensar hasta el paroxismo
Los músculos vaginales
Y vaciártelos en una embriaguez
Donde los silicios
Levanten su flama.
Contigo, mariposa de agua,
Puedo cabalgar sobre el nombre
De la calma
Distender la clepsidra
Inmolar en la quietud
Hasta sangrarme
La montaña venusina
Así, en el silencio
Líquido de nuestra almeja.
miércoles, 29 de abril de 2009
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