martes, 2 de junio de 2009

CAlElDOSCOP1O

Por: Vicente Quiroga



HASTA lo hondo es un bello poemario de Marina Azuela Herrera. Me lo hace llegar Ramón Fernández Beviá, gerente de este diario, porque la autora es amiga de su tía Maruja Beviá, aquella inolvidable locutora de Radio Nacional de España en Huelva, de voz entrañable, firme y hermosa que aún recordamos. Un día se nos fue a México y las ondas perdieron el sonido amigo y admirado de aterciopelado tono. Hoy esa amistad nos permite la lectura de este libro poético de Marina Azuela Herrera, cuyo apellido Azuela, nos trae otro recuerdo grato, el del gran novelista mexicano Arturo Azuela, que estuvo en Huelva en varias ocasiones en el Festival de Cine Iberoamericano, a quien tratamos con recíproca cordialidad tanto a él como a su encantadora esposa.
Sirva este introito para reseñar este dulce encuentro con la poesía de Marina Azuela Herrera, -presente hace unos días en Huelva como participante del Otoño Cultural Iberoamericano-, que nos motiva como a tantos para "perseguir el ideal de la palabra escrita como vocación". Poesía o misterio, como lo cita Otto Raúl González en su prólogo, para identificar a la poetisa y enmarcarla en los conceptos platónicos: "en la lucha que la humanidad ha sostenido diaria- mente y desde siempre para superarse a sí misma para alcanzar una vida mejor y compartir un mundo, una tierra, en donde to- dos los pobladores se vean con ojos de paz y de amor y donde haya desaparecido todo tipo de prejuicios económicos, sociales, po- líticos, raciales y religiosos".
La lectura de los poemas de Marina Azuela nos lleva hasta lo hondo, a lo más profundo de los sentimientos, de las sensaciones, de los conceptos más íntimos, de la abisal intensidad del alma: "Con tus ojos profundos/ azules como el misterio del cielo/ voy alumbrando al nuevo instante/ que me enseña/ gracias a ti/ el asombro divino/ de estar vi- va". Marina Azuela se dirige A un cronopio -también Julio Cortázar escribió Historias de cronopios y de famas(1962)- "para madurar este instante/ como una antigua broma" .
y no pueden faltar los Esqueletos, como una iconografía constante e inquietante en la tétrica tradición mexicana: "Hoy nos toca caminar sobre los huesos muertos/ inhalar el polvo que forman los esqueletos/ escuchar el silencio de todos los cementerios/ mirar convertido en pájaro/ a mil ancestros7porque hoy la vida me aprehende como un asalto”. Poemas de incertidumbre, de capitulación y de nostalgia<. <2ahora la soledad se me viene encima/ y no tiene cara de árbol”, de ilusiones florales: “Bugambilia, cuántos cuentos evocas/ ilusión de todas las alboradas”, de humanidad y desencuentros: “Presagios, vagos camaradas/ de la conciencia rota”.
En fin, poemas de noble inspiración, profunda interioridad y oníricas semblanzas:
“¿Cómo entender la vida si además en ella/ viven los sueño?” Y la luz como deslumbrante descubrimiento de Marina Azuela Herrera, poetisa a la que ya estimamos: “Y nació la luz,/ en la oscura caverna/ por tu voz, tu mirada y tus manos”.

FRIDA KAHLO

Aquí se devela la placa del Humor Negro, esa sensación que desvela al extranjero y que empeña su fortuna por tener un lienzo de sangre de Frida. La patrona de la liberación sexual, parafraseando a Teresa del Conde. En Frida se acuñan axiomas como aquel del iluminismo de la locura lúcida. Eufórica, te somete ante el desconcierto que hace del humor su morada primigenia. Porque su pintura es una celebración que explota liberada y va dejando pedazos de carne en cada pincelada, frente a nuestra mirada que brinca en el espanto y en la afirmación grandiosa del placer. Es la tensión máxima del arco que dispara luces-granadas sobre nuestro cuerpo lleno de ojos. Y entonces somos como novias asustadas que vemos a la vida en perpetua rajada
Seguramente Frida inventó al surrealismo y cuando Bretón vislumbró su pintura, al fin tuvo la certeza de todo el menjurje que había cocinado y comprendió su automatismo psíquico.
Cuando Carlos Fuentes vio por única vez a Frida en el Palacio de Bellas Artes dijo: "Era la entrada de una diosa azteca, quizá Coatlicue. O la Madre Tierra española, la Dama de Elche". Es una feliz coincidencia que Otto Raúl González hace más de 50 años, nos relate en un poema, casi la misma experiencia en el Palacio de Bellas Artes: "Con el traje de tehuana lucía también una altivez como de diosa mitológica... A su paso, el joven poeta recién llegado a la capital, cayó de rodillas. La Diosa era Frida Kahlo".
Relatan los testimonios, que era alegre, juguetona, jovial, ultra divertida. En alemán Friede, como se le bautizó significa Paz. Pero cuando Hitler ascendió al poder, Friede se cambió el nombre. No quería recordar su pasado alemán. Es una ironía que todos los colores del fuego recorran su obra y que se coma su trazo, en el mundo, como exquisito pan de muerto.
En un viaje, Diego Rivera le platicó a Raquel Tibol que la única carta que le escribió Pablo Picasso, fue a raíz de una exposición de cuadros de Frida en Paris. Y decía: "Ni Derán ni yo ni tú somos capaces de pintar una cabeza como las de Frida Kahlo". Para asombro de algunos mexicanos que sólo ven fetos, cadenas y abortos en la pintura de Frida y que tantas veces hemos escuchado denostarla, es una pena que siempre nos tengan que venir a decir de otros lares la magia inaudita que palpita hasta en nuestras piedras mexicanas.
Vemos tantos matices en el espíritu de Frida, que irremediablemente uno recuerda aquella página memorable de Virginia Woolf, cuando Orlando piensa : "Si hay setenta y seis tiempos distintos que laten en el alma, ¿cuántas personas diferentes no habrá -El Cielo nos asista- que se alojan, en uno u otro tiempo. Algunos dicen que dos mil cincuenta y dos". Venada-paloma-pájaro del paraíso, utiliza a la Gracia, en casi cada pliegue de su diario. Y recorre el firmamento de las emociones como si viajáramos por la vía láctea. El pudor se queda de plano fuera de combate. Dicen que su primera y única exposición individual que tuvo en vida, fue en su cama y cantó y bebió tequila como el más parado. Al leer su correspondencia y su autobiografía, encontramos a una mujer radiante, que paría muñecos en sus horas amargas, desexorcizando el dolor. Cuando mataba en su pintura, renacía para el gozo. Porque a Frida le tocó beber de las fuentes sagradas del placer. Así hizo Frida de su tragedia una virtud.
Eli Bartra ha señalado con gran temple que su pintura es un desafío constante, es una irreverencia ante los valores de la ideología dominante. Se permite el lujo, desde su condición social de mujer, de expresar sin miramientos su visión de la vida y de la muerte, con sangre, ese líquido tan cercano a la vida cotidiana de las mujeres pero proscrito de la sociedad y del arte. Se permite pintar cosas "prosaicas" como abortos, partos, amamantamientos, suicidios, accidentes y también, de manera aparentemente ingenua... dos mujeres juntas. Todo esto es una irreverencia y significa combatividad.
Intentemos, por un momento, no calar en el frío estremecimiento y nos encontraremos al arte que asombra por su energética sensualidad. Conchas, caracoles, sandías, monos y papayas. Caras de los sexos cuando se encuentran lúbricos en la soledad del orgasmo. Aquí el agua no tiene peso y una pareja de muchachas goza en el madero de la muerte inmutable. Los pliegues de la falda, del rebozo y los aretes nos provocan, envolviéndonos en el cálido abrazo del ensueño. Tuvo amantes maravillosos que seguramente Madonna encarnará con lascivia. Algunos sueños se despiertan con el olor de los perfumes que Frida le regalaba a María Félix, traídos de los rosarios más exuberantes de la nación.
En su diario vemos un sin número de palabritas divertidas. Utiliza términos como buten, dientonsísima, drepa, sazona, en vez de decir sana. Y así se va en el argot de la parranda.
Frida amaba los poemas de Li T´ai Poh, que significa en castellano blancura suprema y que en vida fue un bebedor de primer orden y gran aventurero. Murió en una barquita ahogado siguiendo a la luna:
"Preguntad allá en el cielo lo que hace el alma mía:
desde adentro sonrío, y no sé responder:
cual el río se lleva las flores del almendro,
yo me elevo en un mundo que no puedes soñar".

Frida: ¿ A dónde te escapabas, cuando eras niña?
"En la vidriera del que entonces era mi cuarto y que daba a la calle de Allende. Sobre uno de los primeros cristales de la ventana echaba vaho y con el dedo dibujaba una puerta. Por esa " puerta ", salía en la imaginación con gran alegría y urgencia. Atravesaba todo el llano que se miraba, hasta llegar a una lonchería que se llamaba "PINZÓN"... Por la "O" de pinzón entraba y bajaba impetuosamente al interior de la tierra, donde "mi amiga imaginaria" me esperaba"
¿Qué quieres, Frida?
"Yo quisiera poder ser lo que me dé a gana -detrás de la cortina de la locura: arreglaría las flores todo el día; pintaría el dolor, el amor y la ternura, me reiría a mis anchas de la estupidez de los otros y todos dirían: pobre, está loca (sobre todo me reiría de mi). Construiría mi mundo que mientras viviera estaría -de acuerdo- con todos los mundos."
¿En dónde te refugias?
"Nos guarecemos en lo irracional, en lo mágico, en lo anormal, por miedo a la extraordinaria belleza de lo cierto, de lo material y dialéctico, de lo sano y lo fuerte. Nos gusta ser enfermos para protegernos".
¿ Qué sentías cuando pintaste el venadito herido?
"La tristeza se retrata en todita mi pintura/ pero así es mi condición/ yo no tengo compostura/ sin embargo la alegría la llevo en mi corazón. .. Nada vale más que la risa".
¿Te llama la fama?
"He pintado poco, sin el menor deseo de gloria ni ambición, con la convicción de, antes que todo, darme gusto, y después poder ganarme la vida con mi oficio". Debrois recuerda como Frida aborrecía el esnobismo del mundo artístico".
¿Qué es lo que más te importa?
"La vida callada, dadora de mundos, lo que más importa es la no-ilusión... sencillez del canto de la sinrazón, locura del viento en mi corazón".
¿Cómo es para ti Diego?
"Viéndolo desnudo, se piensa inmediatamente en un niño rana, parado sobre las patas de atrás. Su piel es blanco-verdosa... De su pecho hay que decir que: si hubiese desembocado en la isla que gobernaba Safo, no hubiera sido ejecutado por sus guerreras... Niño mío de la gran ocultadora... Nadie sabrá jamás cómo quiero a Diego... Soy Él desde las más primitivas y más antiguas células, que con el tiempo se volvieron Él...Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. la humedad de la tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio... Quizá esperen oír de mí lamentos de "lo mucho que sufre" viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las riveras de un río sufran por dejarlo correr, ni la tierra sufra porque llueve, ni el átomo sufra descargando su energía. Por qué le llamo mi Diego Nunca fue ni será mío. Es de él mismo".
¿Consideras tu pintura, dentro del Surrealismo?
No sé, si mis pinturas son o no surrealistas, pero sí sé que son la más franca expresión de mí misma, sin tomar jamás en consideración ni juicios ni prejuicios de nadie... Es Marcel Duchamp, pintor maravilloso, el único que tiene los pies en la tierra entre este montón de hijos de perra lunáticos y trastornados que son los surrealistas".
¿Cuando estuviste en Estados Unidos: ¿Qué te gusto?
"El gringuerío no me cae del todo bien, son gente muy sosa y todos tienen cara de bizcochos crudos (sobre todo las viejas). Lo que es resuave aquí es el barrio chino, la manada de chinos son resimpáticos...Sigo como siempre de loca y ya me acostumbré a este vestido del año del caldo, y hasta algunas gringachas me imitan y quieren vestirse de mexicanas, pero las pobres parecen nabos y la purita verdad se ven de a tiro feriósticas"
¿Qué nos aconsejas?
"Toma de la vida todo lo que dé, sea lo que sea, siempre que te interese y pueda dar cierto placer"
Los Dioses Aztecas de la muerte fueron sus protectores y el 13 de julio de 1954 se la llevaron. Se le rinden homenajes en el Palacio de Bellas Artes y su catafalco lo cubre una bandera comunista. Dicen que se estaba presentando una obra de teatro donde había un féretro en escena y confundiéndolo se llevaron a Frida al escenario. Se volvían locos buscando la caja. Esta fue la última broma que nos gastó Frida.

OCTAVIO PAZ

Usted nos ha llevado por la ruta de las verdes mariposas haciendo paradas en el corazón del poema, imperio de la imaginación, estrella que vive del asombro, danza en los ojos del pensamiento.
Potente elixir, que de súbito trastorna los sentidos, porque se presenta la esperanza haciendo malabares en la cuerda silenciosa del fatuo destino. Esperanza en el sacerdocio de la poesía, que usted, en la más adusta soledad, en mi lengua preside.
Un sueño en la corriente del recuerdo, las imágenes nos vienen cayendo como licor de mango y de sandía. Conversa desde la plaza del misterio y ya no detiene la sustancia líquida; se escapa hasta la alberca donde nadan los deseos. La amistad se levanta un poco la falda y se acomoda en nuestra charla.
Octavio Paz nació en México DF. un 31 de marzo de 1914. Estudió Derecho en la UNAM. Su padre, mestizo de Jalisco, era abogado y combatió en la Revolución Mexicana. “Una figura dramática, habitada por los demonios”, con el cual siempre tuvo un trato difícil y extremoso. Su madre era de origen español y en sus memorias siempre guardó los cantos populares andaluces que le cantaba. Desde muy pequeño su tía le enseño a hablar francés y despertó en él el amor a la poesía. La biblioteca de su abuelo era su hoguera, ahí se podía encontrar toda clase de textos griegos, latinos, españoles y franceses. Su abuelo era al hombre que más quería. Ireneo Paz era liberal y luchó contra la intervención francesa. Se dice que la primera novela indigenista “Piedra de sacrificios” fue escrita por el abuelo. Pero como todos, alguna vez sentenció: “familia: nido de alacranes”.
Cuando era vise-cónsul en el Servicio Exterior Mexicano conoció a André Bretón y a los surrealistas. Fue con este grupo con el que sintió mayor afinidad. Para Paz el surrealismo ha sido: “El escupitajo en la hostia y el clavel de dinamita en el confesionario y el sésamo ábrete de las cajas de seguridad y de las rejas de los manicomios”. En el ámbito metafísico, la India es su raíz. La filosofía budista lo marcó para siempre: La Plenitud y la Vacuidad. Su halo viviente es el árbol. “Los árboles murmuran, nos dicen algo” Y en su destino se imprimió la transgresión a la estética y a la moral. Uno de los ejemplos es Laberinto de la soledad que viene a ser una revancha contra el machismo mexicano, que paró de cabeza a la sociedad. Muchos años después escribió La Llama doble, el mayor himno al erotismo, escrito por un mexicano.
Para leer a Paz hay que comerse cada pedazo de palabra, masticar misterios y digerirlos en secreto, olvidarse del velero en marcha y bajar en espasmos al ensueño. Su poesía tiene sabor de crótalo sagrado que, entre lira y laúd, nos mira hasta lo hondo. Libertad bajo palabra, es un cráter abierto de donde mana agua y fuego y donde la tierra adolorida por el peso majestuoso gesta vientos, vientos que forman alas y cruzan despiadadas el entendimiento. Su verbo es retorno, es reencuentro con el agua primera que fluye victoriosa por nuestros cenotes y cuando su arco se abre, se abre con él, el laberinto de nuestra soledad, porque tiene el poder, el mando de cambiarnos, de súbito, al otro lado de la orilla, donde nada se parece a lo que somos, donde se asoma la Otredad.
Pero abramos sus páginas y preguntémosle al gran demiurgo Octavio Paz:
M.A.H. ¿Qué es el poeta?
O.P.: “Es el olmo que sí da peras... La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio... El caracol es la casa de los ecos”
¿Qué es la fantasía?
“La facultad filosófica por excelencia... no existimos, transcurrimos”
¿Los sueños?
“Es la borrosa patria de los muertos”
¿Qué son los dioses?
“Los dioses son burbujas, reflejos de la vacuidad... El silencio de Buda no es un conocimiento sino lo que está después del conocimiento: una sabiduría (...) el arte de danzar sobre el abismo”
¿La muerte?
“La contradicción universal... La palabra del hombre es hija de la muerte”
¿Su personaje favorito?
Sor Juana. Es la persona más importante de América de habla española... Si hay un temperamento femenino en el sentido más arrebatador de la palabra, ese es el de Sor Juana”.
¿Y cuál es el más antipático?
“Ignacio de Loyola”
¿Cuál es su ideología?
“La pasión ideológica ciega a los más sabios... Los militantes revolucionarios y los de la fe, desdeñan en el fondo la libertad y el libre albedrío de la persona. Su visión del otro, nuestro semejante desemejante, es simplificadora... Las ortodoxias político-religiosas no sólo buscan convencer a la víctima de sus culpas, sino también a la posteridad.
¿La libertad?
“La libertad es decir para siempre cuando decimos ahora, es un juramento y es el arte del enigma transparente”
¿Cuál es el placer de los sentidos?
“Un saber que sabe lo que no saben todas las filosofías... tacto: luz en la noche de los cuerpos”
¿Qué pide?
“No la iluminación: abrir los ojos, mirar, tocar al mundo con mirada de sol que se retira; pido ser la quietud del vértigo, la conciencia del tiempo/ apenas lo que dure un parpadeo del ánima sitiada”
¿La muerte?
“La contradicción universal... la palabra del hombre es hija de la muerte”.
¿Qué es la memoria?
“Es nuestro bastón de ciego en los corredores y pasillos del tiempo”
¿Qué le pasa al mundo?
“En nuestro mundo todo es relativo, el bien y el mal, el placer y las penas... Época sorda a fuerza de gritar... Aunque la mayoría se contenta, unos cuantos se rebelan y, poseídos por un dios o por demonio, piden todo. Son los sedientos, los hambrientos de absoluto”
¿Qué está escuchando?
“En tu respiración escucho la marea del ser, la sílaba olvidada del comienzo”
¿Qué mira?
“Hacia arriba: las estrellas escriben. Sin entender comprendo: también soy escritura y en este mismo instante alguien me deletrea”
Gracias, por siempre gracias, inmortal reconciliador.

AMALIA HERNÁNDEZ

El Baile es hoguera, erotismo que traduce movimientos estelares del cuerpo. Llamas primordiales que nos calientan desde los primeros acordes del tiempo. La palabra danza y por única vez guarda en el silencio, el adjetivo que pervierte. Porque la danza es palabra en movimiento, poesía hecha de sangre que de pronto, nos arranca lágrimas de un mar de muy adentro. "Tiembla la tierra: comienza el canto: Yo estoy de fiesta, soy ave preciosa, del agua fluorescente", reza el canto mexicano.
En el espacio áureo viene danzando una silueta. Ritmos indígenas, tap, danza contemporánea y regional, española y oriental. Viene volando una hojita de pirúl junto a ella y su baile se mezcla con las ondulaciones hierbabuenas del viento. Dice que vino a la tierra solamente a recordar los pasos sigilosos de nuestros abuelos. A traerle memoria al pueblo. Una tarde caminando por los alrededores de Tzin Tzun Tzan, Amalia Hernández, vio cómo el céfiro se contoneaba por una música que venía de muy lejos y cuando todas sus facultades se recogieron, en esa música concibió la danza. La vio con mirada vidente y penetró en los abismos del pasado y desde ese día tuvo la absoluta certeza de que su misión, era llevar aquella vibración de colibríes hasta el último rincón del mundo. En su paleta imaginaria mezcló el ritual con el esparcimiento. Un pasado cósmico se vistió de Venado. Luminosas "limpias" danzaron sobre la espalda del instante. El antiguo culto a Huehuetéotl arribó al Teatro. Y a todos los teatros del mundo. Formó su propia compañía y llevó a los cinco continentes "La Negra", nuestro verdadero himno y "el Jarabe Tapatío". La Sinfonía India de Chávez por vez primera fue bailada y el mismo Chávez escribió para Amalia El Ballet de la Pirámide. Silvestre Revueltas también le dio la partitura de "Los Mayas", para ser representada.
El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández fundado por ella misma en el año de 1952 actuó frente a personalidades como Walt Disney, John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson, Mahatma Gandhi, La Reina Isabel 11, muchos presidentes de México y frente a los ojos anónimos de las delegaciones, pueblos y comunidades de todo el orbe.
En el Metropolitan Opera House, a los pies de la Esfinge de Gizeh, en el Felt Forum del Madison Square Garden, los ojos oyeron, los oídos bailaron la Danza de los quetzales, las Adelas, el Ballet Maya; los Concheros; la Danza de la Pluma, la Guelaguetza, la Danza del venado, la gran Tenochtitlán. El arte ha dejado de ser esotérico y suntuario, como refiere José Juan Tablada, y el teatro indígena que recorre las calles de México, por vez primera se sienta en los escenarios más caros del mundo.
Como maestra, Amalia Hernández fue tan severa como el viento que pasa ardiendo por el paso del látigo en fuga. Sus movimientos sacudían el polvo del miedo. Todas las niñas que bailamos un día, fuimos testigos de ello. Porque la mejor coreógrafa de México, la Emperatriz del tesoro mexicano del Folklore así tenía que ser. Logró conjugar en equilibrio supremo el cruzamiento de razas. Aquí se acabó la guerra. En la danza mestiza sus zapateados valencianos y sus palos de lluvia felizmente trazaron en el espacio la conjunción de los Dioses ancestrales mexicanos y españoles.
Enconadas polémicas despertó toda su vida Amalia, principalmente la crítica lapidaria se dirigía contra la forma de estetizar las danzas populares. ¿Cómo se atrevía una mujer a transformar un culto ritual en un teatro para divertir al espectador, asombrado frente a los maquillajes, las joyas, las máscaras y vestimentas riquísimas, que nada tenían que hacer con la relación mística del hombre en gratitud frente a la naturaleza? Se le criticó duramente hasta el hartazgo, porque decían, hacía de las danzas mexicanas una mixtificación. Algunos etnólogos consideraban que tales reconstrucciones, lo único que lograban era un estereotipo de lo que pudo haber sido, en realidad, la danza prehispánica y que llevada fuera de los lindes de la naturaleza a espacios cerrados, el efecto se viciaba y acababa por parecer una mercancía.
Imagino una gran montaña, en donde todos los hombres y mujeres vamos subiendo, pero aquellos que ascienden más rápido son alcanzados por piedras que deben sortear lanzadas desde abajo. Porque éstos, los más osados, le tapan la cara con su sombra a Dios. Claro que Dios se ríe y a veces, los ayuda a sortear los proyectiles y así un día los que van llegando se sientan a tomar la vid con Él y los hombres de abajo, entonces perdonan la valentía y al fin, los dejan descansar.
Amalia recorrió la República Mexicana investigando y filmando junto con antropólogos y etnólogos las diversas danzas. Absorbió la esencia, la fuerza y la dinámica y con un selecto equipo de profesionales, entre maquillistas, pintores, diseñadores de vestuario, compositores y bailarines logró hacer del Ballet, el más importante en su tipo, en el mundo. Tras bambalinas un río de artistas afinaron su oído para escuchar esa voz pausada, autoritaria, llena de fuego que les diera el primer dibujo de la batuta para comenzar. Y entonces todos los colores de México se montaron en el ritmo del tiempo.
Amalia Hernández nació un 19 de septiembre, día en que aun hoy todos temblamos. Estudió ballet contra todas las apuestas y logró que su padre, militar de carrera, accediera cuando apenas contaba con la edad de ocho años a construirle su propio estudio en casa. Posteriormente estudió con Gloria Campobello, con Waldeen y con los maestros Luis Felipe Obregón, Amado López y Encarnación López, la argentinita. Estudió teatro con Seki Sano y se especializó en arte mexicano con el maestro Miguel Covarrubias.
Pero preguntemos ahora a la estela que dejó Amalia en los diversos medios de comunicación:
¿Quién eras en vida?
"Yo soy espíritu y me mandaron a la tierra a hacer el Ballet. Yo les recomendaría llevar a los niños a los museos, porque aquí están los mejores del mundo, porque ahí está la vida, porqué ahí están los espíritus. No están muertos, lo que sucede es que no los dejan salir. Yo quisiera que todavía fuéramos Mayas todos. ¡Los extraño tanto!.
¿Qué es la danza?
"Es querer expresar profundamente, con todas las cualidades que uno tiene, tanto materiales, como intelectuales y anímicas algo, lo mejor posible, lo más perfecto".
¿Qué somos los mexicanos?
"Los Mexicanos ni somos inditos, ni somos prepotentes millonarios. Los indios tienen una fuerza que en conjunto es la fuerza que mueve a México, porque la fuerza es espiritual. México ha tenido una evolución. Ha tenido accidentes que han sido difíciles, pero México nunca ha caído, siempre ha estado ahí con esa fuerza telúrica con la que nadie jamás va a poder"
¿Si volvieras a nacer qué te gustaría ser?
"Arquitecta, me encanta el movimiento, pero estoy segura de que sería un peligro".
¿ Crees que el arte sea un sacrificio?
"Sí, porque tenemos un amor a la gente, al público, al arte. Porque si no tuviéramos ese instinto de querer dar algo, lo más perfecto que podamos, no nos sacrificaríamos".
¿Por qué dejaste de bailar?
"Sostener el éxito artístico es muy difícil, porque es un esfuerzo diario, de minuto a minuto. Dejé de bailar porque un día en un ensayo mi compañero de baile estuvo a punto de desangrarse con una cortada que se hizo accidentalmente. Afortunadamente llegamos a tiempo al hospital y se pudo salvar, pero yo no pude superarlo y dejé de bailar. Fue así como toda mi energía la volqué en la creación de la coreografía".
Nuestra historia se teje con los hilos de los sueños y Los Nueve Dioses de la noche conversaron contigo, ¿acaso es cierto?
"La muerte es parte del juego. Pero no es solamente un juego, es que el mexicano tiene mucha fe y sabe que el destino sí existe y que la muerte no existe... Un pueblo material sí cree en la muerte total".

El cuatro de noviembre del 2000 te fuiste a danzar a las praderas de tus dioses. Eres la mejor nube de la danza que pasa. Gracias Amalia.

JOSÉ CLEMENTE OROZCO

Hay que levantar los andamios, rellenar y pulir los abismos; embarrarse de tinta la imaginación, para comprender a este pintor. Aquí, en Guadalajara, dueña de los frescos mas hermosos de América, como lo dijo Cardoza y Ara­gón, nos encontramos atravesando los pensamientos perennes de José Cle­mente Orozco. De aquel maestro que por no clasificar con la palabra sus frescos, le regaló a todos los poetas, el bendito placer de re inventar el cau­da­loso espíritu, de cada pincelada. De esta forma nos paramos y para verla mejor, nos acostamos con la cabeza mirando al cielo, al paraninfo de sus sen­timientos. Cada pedazo de piedra pintada, es un paseo por donde su alma nos abraza encendida, evocándonos a latigazos, el dolor que cruza nuestra sangre. Aquí está el Hombre en llamas, los rostros de su invisible sagitario, abrazando en la etérea memoria de nuestro pueblo, a cada vasija, a cada cabeza de olmeca, a cada herida de Frida, a cada pesadilla de Goitia. A cada llama, donde el resplandor de la inspiración habita.
La obra de Orozco es liberación y es encadenamiento. Es reconciliación y también es rompimiento. Aquí se funden las fuerzas creadoras del caos. Aquí se lee con los ojos desnudos, la historia de nuestro pueblo.
Decía José Vasconcelos, el gran mecenas, que Orozco era el único de los pintores muralistas que nunca le consultaba acerca del tema, que nunca bus­caba su consejo o aprobación sino que se iba por su propio camino en com­pleta independencia, como si el edificio fuera suyo, y su único compromiso fuera con el futuro.
Un hombre a la altura de su obra. Así vivió y así murió. Un hombre que nunca se rajó. Porque "no importan las equivocaciones ni las exageraciones. Lo que vale es el valor de pensar en voz alta, decir las cosas tal como se sienten en el momento en que se dicen. Ser lo suficientemente temerario para proclamar lo que uno cree que es la verdad sin importar las conse­cuencias y caiga quien cayere.
Si fuera uno a esperar a tener la verdad absoluta en la mano, o sería uno un necio o se volvería mudo para siempre.
El mundo se detendría en su marcha" . Así lo dijo Orozco, llanamente, sin ambages.
En su autobiografía nos encontramos a un hombre que se parece a su Cortés. Inmenso, fuerte, conquistando siempre. No es el hombre tímido, reservado y sencillo que nos cuentan las historias. Este Orozco que platica de sí mismo, vence a la vida con sus reflexiones y nos pone de frente a un artista, en donde, como dijo Baudelaire : "El poeta no es de ningún partido, de otra manera sería un simple mortal".
Antonio Rodríguez cuenta que cuando Orozco fue invitado a pintar los murales del Dartmouth College aceptó no cobrar absolutamente nada con una sola condición: Que le dejaran escoger el tema que quisiera. Y Orozco pintó al imperialismo apuñalando a la América Latina.
En 1921 Orozco le escribe a un amigo diciéndole que todos los pintores "murales" mexicanos objetaron su admisión en su círculo. Orozco, dijeron, por ningún motivo es un pintor, sino un caricaturista.
Sin embargo no todos pensaban así. En una carta que le escribe Mariano Azuela a su traductor le dice: Mucho me alegra que sea Orozco el que ilustre la novela (Los de Abajo) pues es uno de los pintores mexicanos de mi mayor predilección y será para mi un verdadero honor ver mis líneas con sus admi­rables estudios. Efectivamente, Los de Abajo fue ilustrado por Orozco. La infame guerra del hombre contra el hombre que inspiran estos " Horrores de la Revolución " como llamó Orozco a sus dibujos fueron realizados en Nueva York y tuvieron que pasar de contrabando a México.
También años después Siqueiros dejó escrito, quizá en un afán de congra­ciarse con la historia que Orozco es una potencialidad plástica sin ejemplo en el mundo contemporáneo. " Eres, debo decirlo con toda sinceridad, tanto por tu obra como por tus teorías político-estéticas, el espejo más exacto de todo los positivo y negativo que ha existido hasta ahora en el período lírico revo­lucionario, iconoclasta por lo tanto, de esa gran conmoción civil de nuestro país. Hombre, más de hechos que de palabras, más de prácticas que de teorías, hombre gráfico por excelencia, creaste así, con toda la potenciali­dad que te es innata, las mejores formas plásticas precursoras de todo nuestro movimiento posterior ".
Orozco no se fue a París. Se fue a Nueva York porque de acuerdo a lo que nos dejó di­cho " dirigirse solicitante a Europa, inclinarse hurgando entre sus ruinas para impor­tarlas y copiarlas servilmente, no es mayor error que el saqueo de los restos indígenas del Nuevo Mundo con el objeto de copiar con el mismo servilismo sus ruinas o su ac­tual folklore. Si nuevas razas han aparecido sobre las tierras del Nuevo Mundo, esas razas tienen el deber inevitable de producir un nuevo arte en un nuevo medio físico y espiritual. Cualquier otro camino es cobardía ".
Sin embargo en Estados Unidos meses y meses le empezó a helar la sangre. Casi la soledad llegó a despedazar sus esperanzas cuando una mujer se le apa­reció. Una mujer de ojos claros y divinos. Ella era periodista y nacida en esta región. Sentía un amor tal por lo nuestro que cuando se enteró de que a un mu­chacho de México lo había sentenciado a muerte una corte norteameri­cana, comenzó una campaña informativa tan fuerte que a los po­cos meses el muchacho fue indultado. Esta mujer a la que se le compuso, por órdenes del siempre honrado Don Felipe Carrillo Puerto, la famosísima canción "Peregrina", fue la causante de que Orozco dejara muestra de su genio en Estados Unidos : su nombre fue Alma Reed. Los murales del Colegio de Pomona, de la Universi­dad de Dartmouth y de la Nueva Escuela de Investiga­ciones Sociales de Nueva York son considerados como los mejores que se conocen desde Miguel Angel.
Orozco murió soñando y quizás entre nubes que formaban los rostros que él plasmó, se fue sin escalas al palacio donde habitan los nunca olvidados. Aquí sentimos, en la humedad de sus murales un susurro, apenas perceptible, un secreto en forma de pincel que nos dice : Aquí vive un hombre cabal.

miércoles, 29 de abril de 2009

Hacia el Río Tinto

Araña formas tu tela
Y te vas tragando cada pálpito
De suspiro que respira
Un corazón agonizante.

¡Ternura, ternura!
Asfixiándose se ahoga
Eres la araña fría y voraz
Que no entiende lenguaje de cariño y verso
Apenas un soplo de rencor agazapado
Tan solo una herida
En la memoria anciana
Que en la infancia cual canal
Perenne abrieron en tu huella inexorable.

Y yo perdida en la vorágine
De tu maldita red.
¿Alcanzarte y estirar mi alma
hasta tu sino?
¿Abrazar la sangre de tu dolor?
Es la súplica vana
Un dame una pera señora bugambilia
Un llévate mi amor a donde tu tela no me alcance
Un canto de cigarra al páramo de la soledad.

¿Vendrá del otro lado del mar?
Un río tinto que corra manso
Apenas una tenue brisa
Portentoso aroma que desafíe tu orfandad
Y al fin libere este sueño silente
Que me ahoga en tu redCada día más.

ESQUELETOS

Hoy la vida me aprehende como un asalto
me sorprende como un mimo
que atraviesa mi sombra
con sus pasos.
Hoy nos toca
caminar sobre los huesos muertos
inhalar el polvo que forman los esqueletos
escuchar el silencio de todos los cementerios
mirar convertido en pájaro
a mil ancestros
porque hoy la vida
me aprehende como un asalto.

A TU SALUD



Nos hemos tomado del espíritu
con cantos de esperanza
para que la enfermedad,
esa malvada,
salga de tu cuerpecito armonioso.
Y en el éter donde fluyen
nuestros más nobles sentimeintos
el amor por ti
mi pajarito
tome un poder ilimitado.
Hemos despertado a las estrellas
David
para que te den la bienvenida
y conozcas la arena
y el viento leve
los amaneceres y la ternura.
No es egoísmo
que se contempla
en un dolor propio
es compartir
chiquito contigo
la noche y el milagro
de despertar cada mañana
del sueño.
Con tus ojos profundos
azules como el misterio del cielo
voy alumbrando al nuevo instante
que me enseña
gracias a ti
el asombro divino
de estar vivo.
Si me dejas y regresas al paraíso
que con tanto esfuerzo abandonaste
aceptaré tu total decisión
Gracias por dejarte conocer
angelito
Y porque eres un ángel
puedes estar aquí
en otro tiempo
y en cualquier lugar.
Y si te quedas con nosotros
Tú serás en los arduos
momentos de mi camino
la alegría que me inspire
para volver a luchar
y reconquistar
el sueño de la vida.

CAPITULACIÓN

Sacrifiqué en el fango
la palabra amor
devoré su último aliento
y con la sangre de la palabra
te llamo, para que conmigo,
en esta noche sola
vuelvas de nuevo.
La poesía bebe de tus cavernas,
donde mi vida en una larga tregua,
vive la orgía de tu vida
y ahora contigo
en el otro lado de la distancia te recojo,
pedazo a pedazo recojo el pasado
y lo transmuto y lo visto de nuevo.
Ya te quiero
eres otra vez la espuma y el río
nuevamente tus manos
ninfas que corren por mi piel.
Ya te veo y río. No me duele el pasado,
ya se ha ido. Tus ojos están disfrazados
de ingenua vehemencia. Tu cuerpo,
la nutria de mis dedos. Tu palabra,
un bosque donde transitan
los espíritus juguetones
de todos los tiempos.
Aquí te tengo
y mi palabra ya no sangra
frente a mi
nada más perfecto,
pero la ilusión que me atrapa
como lubricante néctar
se va y te vas
y no te alcanzo
y veo en el fango
la palabra amor agonizando.

LUZ

A Verónica Volkow

La Música despertó a su espíritu
y con una lira cantó :
Yo soy Orfeo
esa luz
que despertó
a la sombra
para darle vida
a la Poesía

Soy el Hierofante
el mismo que bebió
la primera copa
de la palabra
el que en tus horas iluminadas
te ofreció el ensueño

Yo soy el puente
por el que cruzas
para alabar a Dyonisos
aquel que escucha tu ruego
para que sea liberada Perséfona
y todos los espíritus del olvido.

SOLEDAD


Que cruel eres,
¡Oh Diosa de todas las inquietudes !
cuánto entristeces al dolor callado
con tu inmensa sombra
despiadada
cuánto engaño disfrazado.
Señora soledad
Diosa caída del edén
tienes la costumbre
de evadirte
filosa
hasta los parajes
de nuestras hojas
Roca de tumba
arenilla de alabastro
tú me penetras
y yo, de repente,
caigo a pedazos.

SAGITARIO


Esa bestia ... amor
ése sin rostro
alguacil que me abre
sin escrúpulos
cuando el telón ha caído
y la intimidad se apodera
de toda tu impaciencia
ya nada soy
sólo tu bramido
sólo tu cólera
hembra de agua
hombre de himnos
hoja misteriosa
huracán furtivo.
En ti se abre
el surco de mi fantasma.

MARIPOSA

Con tu nombre, mariposa de fuego,
Puedo esculpir la catedral
Donde oficio
Las hostias erógenas.

Sumergir mi cuerpo denudo
En la pila del deseo
Tensar hasta el paroxismo
Los músculos vaginales
Y vaciártelos en una embriaguez
Donde los silicios
Levanten su flama.

Contigo, mariposa de agua,
Puedo cabalgar sobre el nombre
De la calma
Distender la clepsidra
Inmolar en la quietud
Hasta sangrarme
La montaña venusina
Así, en el silencio
Líquido de nuestra almeja.

HACIA EL RIO ROCIO

Suerte de columpio
el vaivén de tu cuerpo
suave oleaje que me arrastra
febril hacia una dualidad
sin tiempo
Y me quedo mirando absorta
el infinito gozo de tenerte.
Más ten piedad de este corazón
que porta enhiesto un crespón
como que sus alas casi muertas
abandonaron el vuelo de Fedón
¿Volver a encumbrase, sortear la marejada
del vértigo y de la pasión?
¿Volar hasta la cumbre del sortilegio
y envuelta en magma
fundirme con tu arpón?
Oh, hetaira, se inclemente
y que la impaciencia de tu furor
se vuelva en mis adentros
cascada virgen y ambrosía para tu creación.

ESPUMA


Ay ... estos ruidos
que se meten al pensamiento,
sonidos que se van a estrellar
contra las piedras de la sangre,
a veces, nos van venciendo.
Sonido negro, portazo que se vuelve tiempo, tiempo vacío
que se vacía en mis ojos.
El canto de la mar
rebozado en su silencio de espuma,
también me va venciendo,
pero con un tiempo colmado,
saturado de acordes mojados.
No. El sonido negro no es amigo
del camotero, ni siquiera de la campana
que nos anuncia al basurero.
Estos son los ruidos
que quieren matar al cilindrero.

ESCORPIÓN


Anoche, la luna bajo nuestra carne
nos masticaba extasiada,
su sola presencia iluminaba
todo el cielo, mientras caíamos
en el precipicio de los besos.

Tu nombre danzaba sobre la espuma
de mi recuerdo y sabía a savia
de antiguo río
El néctar de nuestra unión invisible
se posaba sobre mi sombra
tantas veces llorada.

Sobrevuela todavía el orgasmo
que se vació en cada cuerpo,
que junto a mí, anoche fuimos bebiendo
y el padre sol me despierta desesperada,
con la mordedura de la serpiente
como violando al remordimiento.

No basta vencer a la carne
para alcanzar a la fértil armonía,
no me bastan sus olores
sobre mi carne mancillada,
ni todos los líquidos que la luna
bebió anoche,
de nuestros cuerpos sin alma,
porque mi espíritu se había escapado
por una de las rendijas de tu pensamiento.

Ah ... tu nombre me sabía a húmedo
pétalo de floripondio. Y por la culpa
de tu nombre y de tu pelo, de tu silencio
misterioso y de tu boca casi lengua, casi agua, casi Venus,
me fui venciendo, hasta devorarme
con la luna, lo que me quedaba
de sentimiento.

A LA DIOSA AGUA

Fluye victoriosa savia
recuérdame todo
de una vez
regrésame
con tu portentoso brío
al lugar de los adentros
subterránea piel mojada
transparente sabor del principio.

Dime amiga agua
madre agua
¿ alcanzaremos tu mar
en el madero
de nuestro pesar ?
¡ No nos abandones nunca,
furiosa bondad !

Hasta lo hondo

HASTA LO HONDO
De qué sirve que me quieras
si no te pierdes conmigo
en una mar de soliloquios
si en un atril de arenas
no te enredas
a las redes de mi almohada
de qué sirve que me quieras.

Si no descargas tu furia
cabellera de indómitos presagios
si no arriesgas
al dolor placer antiguo
del vértigo amoroso ...
De qué sirve que me quieras.

Yo anduve lejos
sola por el prado de las mariposas
acechando al día nublado
acogiendo una gota de agua entre mis manos.

Yo anduve sola
por el puerto de los huérfanos
en la soledad moribunda del naufragio
como en un burdel de putas mojigatas
porque yo anduve
entre los cascos de las yeguas
como pompa de jabón en adulterio.

Y te digo ahora :
Hoy quiero andar entre los gratos
los que enseñen que el final
no tiene prisa
los amantes pacientes de adeveras
que no escupan soledad
ensangrentada por la niebla
Quiero entre pétalos de orquídea roja
saborear un cuerpo sobre el mío
un cuerpo de flujos insaciables
y que sirva que lo quiera
en la dualidad del summum de la vida.