miércoles, 29 de abril de 2009

Hacia el Río Tinto

Araña formas tu tela
Y te vas tragando cada pálpito
De suspiro que respira
Un corazón agonizante.

¡Ternura, ternura!
Asfixiándose se ahoga
Eres la araña fría y voraz
Que no entiende lenguaje de cariño y verso
Apenas un soplo de rencor agazapado
Tan solo una herida
En la memoria anciana
Que en la infancia cual canal
Perenne abrieron en tu huella inexorable.

Y yo perdida en la vorágine
De tu maldita red.
¿Alcanzarte y estirar mi alma
hasta tu sino?
¿Abrazar la sangre de tu dolor?
Es la súplica vana
Un dame una pera señora bugambilia
Un llévate mi amor a donde tu tela no me alcance
Un canto de cigarra al páramo de la soledad.

¿Vendrá del otro lado del mar?
Un río tinto que corra manso
Apenas una tenue brisa
Portentoso aroma que desafíe tu orfandad
Y al fin libere este sueño silente
Que me ahoga en tu redCada día más.

ESQUELETOS

Hoy la vida me aprehende como un asalto
me sorprende como un mimo
que atraviesa mi sombra
con sus pasos.
Hoy nos toca
caminar sobre los huesos muertos
inhalar el polvo que forman los esqueletos
escuchar el silencio de todos los cementerios
mirar convertido en pájaro
a mil ancestros
porque hoy la vida
me aprehende como un asalto.

A TU SALUD



Nos hemos tomado del espíritu
con cantos de esperanza
para que la enfermedad,
esa malvada,
salga de tu cuerpecito armonioso.
Y en el éter donde fluyen
nuestros más nobles sentimeintos
el amor por ti
mi pajarito
tome un poder ilimitado.
Hemos despertado a las estrellas
David
para que te den la bienvenida
y conozcas la arena
y el viento leve
los amaneceres y la ternura.
No es egoísmo
que se contempla
en un dolor propio
es compartir
chiquito contigo
la noche y el milagro
de despertar cada mañana
del sueño.
Con tus ojos profundos
azules como el misterio del cielo
voy alumbrando al nuevo instante
que me enseña
gracias a ti
el asombro divino
de estar vivo.
Si me dejas y regresas al paraíso
que con tanto esfuerzo abandonaste
aceptaré tu total decisión
Gracias por dejarte conocer
angelito
Y porque eres un ángel
puedes estar aquí
en otro tiempo
y en cualquier lugar.
Y si te quedas con nosotros
Tú serás en los arduos
momentos de mi camino
la alegría que me inspire
para volver a luchar
y reconquistar
el sueño de la vida.

CAPITULACIÓN

Sacrifiqué en el fango
la palabra amor
devoré su último aliento
y con la sangre de la palabra
te llamo, para que conmigo,
en esta noche sola
vuelvas de nuevo.
La poesía bebe de tus cavernas,
donde mi vida en una larga tregua,
vive la orgía de tu vida
y ahora contigo
en el otro lado de la distancia te recojo,
pedazo a pedazo recojo el pasado
y lo transmuto y lo visto de nuevo.
Ya te quiero
eres otra vez la espuma y el río
nuevamente tus manos
ninfas que corren por mi piel.
Ya te veo y río. No me duele el pasado,
ya se ha ido. Tus ojos están disfrazados
de ingenua vehemencia. Tu cuerpo,
la nutria de mis dedos. Tu palabra,
un bosque donde transitan
los espíritus juguetones
de todos los tiempos.
Aquí te tengo
y mi palabra ya no sangra
frente a mi
nada más perfecto,
pero la ilusión que me atrapa
como lubricante néctar
se va y te vas
y no te alcanzo
y veo en el fango
la palabra amor agonizando.

LUZ

A Verónica Volkow

La Música despertó a su espíritu
y con una lira cantó :
Yo soy Orfeo
esa luz
que despertó
a la sombra
para darle vida
a la Poesía

Soy el Hierofante
el mismo que bebió
la primera copa
de la palabra
el que en tus horas iluminadas
te ofreció el ensueño

Yo soy el puente
por el que cruzas
para alabar a Dyonisos
aquel que escucha tu ruego
para que sea liberada Perséfona
y todos los espíritus del olvido.

SOLEDAD


Que cruel eres,
¡Oh Diosa de todas las inquietudes !
cuánto entristeces al dolor callado
con tu inmensa sombra
despiadada
cuánto engaño disfrazado.
Señora soledad
Diosa caída del edén
tienes la costumbre
de evadirte
filosa
hasta los parajes
de nuestras hojas
Roca de tumba
arenilla de alabastro
tú me penetras
y yo, de repente,
caigo a pedazos.

SAGITARIO


Esa bestia ... amor
ése sin rostro
alguacil que me abre
sin escrúpulos
cuando el telón ha caído
y la intimidad se apodera
de toda tu impaciencia
ya nada soy
sólo tu bramido
sólo tu cólera
hembra de agua
hombre de himnos
hoja misteriosa
huracán furtivo.
En ti se abre
el surco de mi fantasma.

MARIPOSA

Con tu nombre, mariposa de fuego,
Puedo esculpir la catedral
Donde oficio
Las hostias erógenas.

Sumergir mi cuerpo denudo
En la pila del deseo
Tensar hasta el paroxismo
Los músculos vaginales
Y vaciártelos en una embriaguez
Donde los silicios
Levanten su flama.

Contigo, mariposa de agua,
Puedo cabalgar sobre el nombre
De la calma
Distender la clepsidra
Inmolar en la quietud
Hasta sangrarme
La montaña venusina
Así, en el silencio
Líquido de nuestra almeja.

HACIA EL RIO ROCIO

Suerte de columpio
el vaivén de tu cuerpo
suave oleaje que me arrastra
febril hacia una dualidad
sin tiempo
Y me quedo mirando absorta
el infinito gozo de tenerte.
Más ten piedad de este corazón
que porta enhiesto un crespón
como que sus alas casi muertas
abandonaron el vuelo de Fedón
¿Volver a encumbrase, sortear la marejada
del vértigo y de la pasión?
¿Volar hasta la cumbre del sortilegio
y envuelta en magma
fundirme con tu arpón?
Oh, hetaira, se inclemente
y que la impaciencia de tu furor
se vuelva en mis adentros
cascada virgen y ambrosía para tu creación.

ESPUMA


Ay ... estos ruidos
que se meten al pensamiento,
sonidos que se van a estrellar
contra las piedras de la sangre,
a veces, nos van venciendo.
Sonido negro, portazo que se vuelve tiempo, tiempo vacío
que se vacía en mis ojos.
El canto de la mar
rebozado en su silencio de espuma,
también me va venciendo,
pero con un tiempo colmado,
saturado de acordes mojados.
No. El sonido negro no es amigo
del camotero, ni siquiera de la campana
que nos anuncia al basurero.
Estos son los ruidos
que quieren matar al cilindrero.

ESCORPIÓN


Anoche, la luna bajo nuestra carne
nos masticaba extasiada,
su sola presencia iluminaba
todo el cielo, mientras caíamos
en el precipicio de los besos.

Tu nombre danzaba sobre la espuma
de mi recuerdo y sabía a savia
de antiguo río
El néctar de nuestra unión invisible
se posaba sobre mi sombra
tantas veces llorada.

Sobrevuela todavía el orgasmo
que se vació en cada cuerpo,
que junto a mí, anoche fuimos bebiendo
y el padre sol me despierta desesperada,
con la mordedura de la serpiente
como violando al remordimiento.

No basta vencer a la carne
para alcanzar a la fértil armonía,
no me bastan sus olores
sobre mi carne mancillada,
ni todos los líquidos que la luna
bebió anoche,
de nuestros cuerpos sin alma,
porque mi espíritu se había escapado
por una de las rendijas de tu pensamiento.

Ah ... tu nombre me sabía a húmedo
pétalo de floripondio. Y por la culpa
de tu nombre y de tu pelo, de tu silencio
misterioso y de tu boca casi lengua, casi agua, casi Venus,
me fui venciendo, hasta devorarme
con la luna, lo que me quedaba
de sentimiento.

A LA DIOSA AGUA

Fluye victoriosa savia
recuérdame todo
de una vez
regrésame
con tu portentoso brío
al lugar de los adentros
subterránea piel mojada
transparente sabor del principio.

Dime amiga agua
madre agua
¿ alcanzaremos tu mar
en el madero
de nuestro pesar ?
¡ No nos abandones nunca,
furiosa bondad !

Hasta lo hondo

HASTA LO HONDO
De qué sirve que me quieras
si no te pierdes conmigo
en una mar de soliloquios
si en un atril de arenas
no te enredas
a las redes de mi almohada
de qué sirve que me quieras.

Si no descargas tu furia
cabellera de indómitos presagios
si no arriesgas
al dolor placer antiguo
del vértigo amoroso ...
De qué sirve que me quieras.

Yo anduve lejos
sola por el prado de las mariposas
acechando al día nublado
acogiendo una gota de agua entre mis manos.

Yo anduve sola
por el puerto de los huérfanos
en la soledad moribunda del naufragio
como en un burdel de putas mojigatas
porque yo anduve
entre los cascos de las yeguas
como pompa de jabón en adulterio.

Y te digo ahora :
Hoy quiero andar entre los gratos
los que enseñen que el final
no tiene prisa
los amantes pacientes de adeveras
que no escupan soledad
ensangrentada por la niebla
Quiero entre pétalos de orquídea roja
saborear un cuerpo sobre el mío
un cuerpo de flujos insaciables
y que sirva que lo quiera
en la dualidad del summum de la vida.