Usted nos ha llevado por la ruta de las verdes mariposas haciendo paradas en el corazón del poema, imperio de la imaginación, estrella que vive del asombro, danza en los ojos del pensamiento.
Potente elixir, que de súbito trastorna los sentidos, porque se presenta la esperanza haciendo malabares en la cuerda silenciosa del fatuo destino. Esperanza en el sacerdocio de la poesía, que usted, en la más adusta soledad, en mi lengua preside.
Un sueño en la corriente del recuerdo, las imágenes nos vienen cayendo como licor de mango y de sandía. Conversa desde la plaza del misterio y ya no detiene la sustancia líquida; se escapa hasta la alberca donde nadan los deseos. La amistad se levanta un poco la falda y se acomoda en nuestra charla.
Octavio Paz nació en México DF. un 31 de marzo de 1914. Estudió Derecho en la UNAM. Su padre, mestizo de Jalisco, era abogado y combatió en la Revolución Mexicana. “Una figura dramática, habitada por los demonios”, con el cual siempre tuvo un trato difícil y extremoso. Su madre era de origen español y en sus memorias siempre guardó los cantos populares andaluces que le cantaba. Desde muy pequeño su tía le enseño a hablar francés y despertó en él el amor a la poesía. La biblioteca de su abuelo era su hoguera, ahí se podía encontrar toda clase de textos griegos, latinos, españoles y franceses. Su abuelo era al hombre que más quería. Ireneo Paz era liberal y luchó contra la intervención francesa. Se dice que la primera novela indigenista “Piedra de sacrificios” fue escrita por el abuelo. Pero como todos, alguna vez sentenció: “familia: nido de alacranes”.
Cuando era vise-cónsul en el Servicio Exterior Mexicano conoció a André Bretón y a los surrealistas. Fue con este grupo con el que sintió mayor afinidad. Para Paz el surrealismo ha sido: “El escupitajo en la hostia y el clavel de dinamita en el confesionario y el sésamo ábrete de las cajas de seguridad y de las rejas de los manicomios”. En el ámbito metafísico, la India es su raíz. La filosofía budista lo marcó para siempre: La Plenitud y la Vacuidad. Su halo viviente es el árbol. “Los árboles murmuran, nos dicen algo” Y en su destino se imprimió la transgresión a la estética y a la moral. Uno de los ejemplos es Laberinto de la soledad que viene a ser una revancha contra el machismo mexicano, que paró de cabeza a la sociedad. Muchos años después escribió La Llama doble, el mayor himno al erotismo, escrito por un mexicano.
Para leer a Paz hay que comerse cada pedazo de palabra, masticar misterios y digerirlos en secreto, olvidarse del velero en marcha y bajar en espasmos al ensueño. Su poesía tiene sabor de crótalo sagrado que, entre lira y laúd, nos mira hasta lo hondo. Libertad bajo palabra, es un cráter abierto de donde mana agua y fuego y donde la tierra adolorida por el peso majestuoso gesta vientos, vientos que forman alas y cruzan despiadadas el entendimiento. Su verbo es retorno, es reencuentro con el agua primera que fluye victoriosa por nuestros cenotes y cuando su arco se abre, se abre con él, el laberinto de nuestra soledad, porque tiene el poder, el mando de cambiarnos, de súbito, al otro lado de la orilla, donde nada se parece a lo que somos, donde se asoma la Otredad.
Pero abramos sus páginas y preguntémosle al gran demiurgo Octavio Paz:
M.A.H. ¿Qué es el poeta?
O.P.: “Es el olmo que sí da peras... La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio... El caracol es la casa de los ecos”
¿Qué es la fantasía?
“La facultad filosófica por excelencia... no existimos, transcurrimos”
¿Los sueños?
“Es la borrosa patria de los muertos”
¿Qué son los dioses?
“Los dioses son burbujas, reflejos de la vacuidad... El silencio de Buda no es un conocimiento sino lo que está después del conocimiento: una sabiduría (...) el arte de danzar sobre el abismo”
¿La muerte?
“La contradicción universal... La palabra del hombre es hija de la muerte”
¿Su personaje favorito?
Sor Juana. Es la persona más importante de América de habla española... Si hay un temperamento femenino en el sentido más arrebatador de la palabra, ese es el de Sor Juana”.
¿Y cuál es el más antipático?
“Ignacio de Loyola”
¿Cuál es su ideología?
“La pasión ideológica ciega a los más sabios... Los militantes revolucionarios y los de la fe, desdeñan en el fondo la libertad y el libre albedrío de la persona. Su visión del otro, nuestro semejante desemejante, es simplificadora... Las ortodoxias político-religiosas no sólo buscan convencer a la víctima de sus culpas, sino también a la posteridad.
¿La libertad?
“La libertad es decir para siempre cuando decimos ahora, es un juramento y es el arte del enigma transparente”
¿Cuál es el placer de los sentidos?
“Un saber que sabe lo que no saben todas las filosofías... tacto: luz en la noche de los cuerpos”
¿Qué pide?
“No la iluminación: abrir los ojos, mirar, tocar al mundo con mirada de sol que se retira; pido ser la quietud del vértigo, la conciencia del tiempo/ apenas lo que dure un parpadeo del ánima sitiada”
¿La muerte?
“La contradicción universal... la palabra del hombre es hija de la muerte”.
¿Qué es la memoria?
“Es nuestro bastón de ciego en los corredores y pasillos del tiempo”
¿Qué le pasa al mundo?
“En nuestro mundo todo es relativo, el bien y el mal, el placer y las penas... Época sorda a fuerza de gritar... Aunque la mayoría se contenta, unos cuantos se rebelan y, poseídos por un dios o por demonio, piden todo. Son los sedientos, los hambrientos de absoluto”
¿Qué está escuchando?
“En tu respiración escucho la marea del ser, la sílaba olvidada del comienzo”
¿Qué mira?
“Hacia arriba: las estrellas escriben. Sin entender comprendo: también soy escritura y en este mismo instante alguien me deletrea”
Gracias, por siempre gracias, inmortal reconciliador.
martes, 2 de junio de 2009
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